Este verano nos tocó turistear por Holanda,y aprovechamos la ocasión para visitar el pueblo de Edam. ¡Vaya, igual que el queso! Exacto.
Situado al norte de la capital, se dio a conocer en la Edad Media por la celebración de su "Mercado de Quesos de Edam". Los granjeros llevaban sus productos para su pesaje, venta y exportación a todo el mundo.
Actualmente, cada miércoles de los meses de verano, se celebra una recreación histórica en el que los quesos se traen en carros de caballo o barcos, y son descargados por porteadores especializados. Los "expertos queseros" comprueban la calidad del lote y determinan el precio en base a ella.
El queso Edam se elabora con leche de vaca pasteurizada, parcialmente desnatada, y debe al menos madurarse durante 5 semanas para alcanzar todas sus propiedades.
A pesar de tener una larga historia, el verdadero Edam, el de granja, ha desaparecido, y ya únicamente se fabrica en industrias.
A pesar de tener una larga historia, el verdadero Edam, el de granja, ha desaparecido, y ya únicamente se fabrica en industrias.
Es un queso de pasta semidura, prensada, lisa y amarillenta. De textura cremosa y firme que permite la facilidad del corte.
De sabor agradable, pero algo insulso, con un suave regusto especiado, puede convertirse en nuestro queso estrella como "fondo de armario", para tentempiés, desayunos, ensaladas, etc...
Los holandeses cortan el queso Edam en finas lonchas con la ayuda de esta pala especial.
Hoy en día es fácil comprarlo en cualquier supermercado del mundo, es el queso de exportación por excelencia.
Normalmente lo encontraremos recubierto de una capa de parafina roja para protegerlo del largo viaje, y con su característica forma de bola. En mi caso, al adquirirlo en el país de origen tiene su corteza natural de color amarillo y forma mas achatada.
También existe la variedad de corteza negra, que significa de gran maduración. Si tenéis la suerte de encontrarlo, no dudéis en haceros con él!
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