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jueves, 28 de mayo de 2015

Campoveja de corteza lavada


Mi amiga Cris, gran amante de los quesos y muy implicada en el blog, quiso obsequiarme de nuevo con uno, ésta vez de su tierra: Valladolid.


Se trata de un queso elaborado con leche cruda de oveja y cuajo animal, con la particularidad del proceso de afinación al que es sometido. El exterior se lava regularmente con agua salada, desarrollándose la bacteria linens que genera un potente aroma y el ablandamiento del interior.

La corteza, de color anaranjada, desprende un fuerte olor a pútrido que es característico de la maduración en ambientes de gran humedad. La pasta es semiblanda y de una textura muy mantecosa con ojos grandes e irregulares.


Su sabor es muy intenso, aunque no tanto como lo es su olor, que en un principio, puede echarnos atrás. Los amantes de este tipo de queso, pueden comerlo sin acompañarlo, pero los principiantes podemos maridarlo con pan, vino e incluso con fruta creando una buena combinación por contraste.

En definitiva, un queso muy diferente a los publicados anteriormente que no debéis dejar de probar!



Los que visitéis o viváis en Valladolid, os recomiendo pasaros por la tienda de la Quesería Campoveja. Un lugar gourmet, con una estética muy cuidada, donde celebran cursos y catas, y hasta donde podéis contratar un cortador de queso profesional para vuestra boda. ¡Una idea realmente original!
www.quesoscampoveja.com

martes, 26 de mayo de 2015

Flor de Valsequillo al pimentón


Aprovechando una de las muchas visitas que mi amigo Javi hace a Canarias, debido a que su novia Ruth es de allí,  trajo un queso de la región que quisimos abrir y degustar para celebrar la última prueba de la Liga de Escalada que organiza nuestro rocódromo, Espacio Acción, cada año. Elegimos para ello nuestro bar de referencia tras las jornadas de entrenamiento: el Bar Berrocal, o más conocido como el Bar de Maura, quien como siempre nos atendió de una manera inmejorable.

Originario de la vega de Valsequillo, al este de la isla de Gran Canaria, una zona de fuerte arraigo agrícola y ganadero, es elaborado a base de una mezcla de leche de vaca, oveja y cabra.


Este queso semicurado de pasta prensada tiene la particularidad de que su corteza es recubierta en aceite y pimentón, confiriéndole, aun más si cabe, un aspecto cremoso que va en concordancia con su textura semiblanda.


Su sabor es muy suave, tanto que al principio cuesta apreciarlo, para segundos más tarde llenar el paladar de esa sensación de queso ahumado, rústico y lechoso. Aunque pudiera parecerlo por el intenso color rojizo del pimentón, no es un queso picante en absoluto.

En esta imagen se puede apreciar claramente el "pringue" que crea la mezcla de aceite y pimentón en el exterior del queso.

Mi amiga Vania, embarazada de 7 meses , no quiso perderse esta cata, y pudo degustarlo debido a que está elaborado con leche pasteurizada, requisito indispensable para el consumo de productos lácteos durante el embarazo. El proceso de pasteurización, es ni más ni menos que calentar la leche a una temperatura de más de 72º grados durante un tiempo concreto según los diferentes procesos que existen.

Vania y Hugo posando para la foto antes de saborear este delicioso manjar
Lo cierto es que nos supo tan bien que no duró ni un asalto. Coincidimos todos en que se trata de un queso que puede comerse en cualquier ocasión y circunstancia. En definitiva, un queso de los que uno dice con la boca llena "¡qué rico está!"

Jorge, Vania, Maura, Javi, Santi y Cris

miércoles, 13 de mayo de 2015

Marqués de Mendiola


Desde que mi amiga Tamara me dijo que venía de vacaciones a España , me puse a buscar el queso adecuado para la velada que siempre organizamos Aida, Torres, Alex y yo con motivo de su visita. Necesitaba cumplir varios requisitos: que fuese un queso con carácter (a demanda de Tamara), que fuera madrileño y que contuviera la menor cantidad de lactosa posible, ya que a Aida le han diagnosticado una intolerancia a ésta en los últimos tiempos.
Así me decidí por la quesería Marqués de Mendiola, que ubica su granja en el pueblo madrileño de Ciempozuelos. Había probado ya sus quesos y me habían sabido a gloria, así que decidí acercarme al Mercado de Productores y hacerme con su añejo a base de leche cruda de oveja, con una maduración de entre 9 y 12 meses. Según había leído en diferentes fuentes, a mayor tiempo de curación, menos cantidad de lactosa poseen los quesos.

El Mercado de Productores se localiza en el Matadero de Madrid el último fin de semana de cada mes.

Se trata de un queso de textura firme y consistente que deja en la boca una sensación densa y de cierta arenosidad.  De color amarillento con ojos pequeños repartidos irregularmente. Se aprecia muy bien la “beta” que va desde la corteza al interior, signo claro de su larga maduración.


Al probarlo, me sorprendió comprobar que no tenía un sabor fuerte ni intenso, pero si envolvente.
He de decir que nos llevamos una pequeña desilusión por que pensábamos que solo por el hecho de ser añejo sería un queso de los que deja un regusto picante, que era lo que Tamara estaba deseando, ya un poco cansada del sabor de los quesos alemanes.
Además, a Aida no le sentó demasiado bien y acabó la velada algo indispuesta. Así que a posteriori investigué un poco más acerca del binomio queso y lactosa, y descubrí que la sola condición del tiempo de maduración no asegura la pérdida de lactosa, sino que también es indispensable la utilización de ciertas técnicas artesanales de elaboración similares a las utilizadas en los quesos suizos.


Días después, tanto a Kevin como a mí, este queso nos ha ido conquistando por su sobrio y elegante sabor, que no defraudará tanto como para su consumo diario como para evento especial, y por su regusto largo y persistente.


Si algo estoy aprendiendo de los quesos es que como las vías de escalada, siempre hay que darle dos pegues para poder valorarlos. (Esto sólo pueden entenderlo los escaladores).


Tamara, Aida, Alex y Torres

Brooklyn saboreando este delicioso queso