El primer queso internacional de este blog es el queso
fresco de Kalymnos bañado en aceite. Kalymnos en una isla griega que se
encuentra a orillas del Mar Egeo. Gran parte de su economía está basada en el turismo,
y mucha de ella, en los escaladores.
Así, mis amigos Santi y Cris que estuvieron escalando en sus
preciosas chorreras de caliza, tuvieron el grandísimo detalle de acordarse de
mí y traerme este queso.
La etiqueta estaba en griego, y por mucho empeño que le puse
en traducirlo no hubo manera. Su aspecto blanquecino y su forma de torta me indican
que es un queso tipo feta, tan consumido
y apreciado en el país griego.
Ya al sacarlo del envase se percibe claramente lo que yo
creo que es el olor a leche cruda. Aunque generalmente se elabora a base de leche
de oveja, hoy en día podemos encontrarlo tanto de mezcla con cabra, también de vaca,
e incluso de leche de yegua.
La primera sensación al probarlo es una textura suave y flexible
aunque densa, y su sabor bastante salado debido a la salmuera en la que madura.
Para el consumo seguí las indicaciones que Cris y Santi me
comentaron de cómo se lo servían en la isla: a la plancha en ensaladas.
Así que corté en dados y eché a la sartén, donde la parte exterior
comienza rápidamente a dorarse y a adoptar una textura crujiente.
Ya en el paladar, el queso ha perdido algo de ese sabor tan salado
que tiene sin tratar, pero aun así algo le queda.
Aunque queda realmente muy vistoso en la ensalada, su fuerte
sabor me hace recomendar una cierta moderación en el consumo.
Quiero agradecerles a Cris y a Santi este detallazo que han tenido
trayéndomelo directamente desde Kalymnos. Muchísimas gracias por esto y porque siempre
os acordáis de traerme piedrecita de cada lugar que visitáis!!!
Y Cris, la publicación de este post en el día de hoy no es casualidad….
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